miércoles, 23 de octubre de 2013

SINDICALISMO: DOCENTES Y SINDICATOS

Sindicatos | Revista al Día

Los Escritos de Velaides  
La ley y la constitución política garantizan el derecho de libre asociación en armonía con la declaración universal de los derechos humanos. Fundamentos que le permiten a los trabajadores y empleadores el derecho a constituir sindicatos o asociaciones, sin intervención del Estado. En su naturaleza, estas organizaciones han sido pensadas y creadas para la defensa y reivindicación de los derechos de la clase trabajadora y para la búsqueda de la primacía del interés común de los asalariados.

Si bien es cierto que en un comienzo en nuestro país estas agrupaciones estaban prácticamente influenciadas por instituciones religiosas y políticas como el partido liberal y  socialista  y como tal estaban a su servicio en el ejercicio de utilizar como instrumentos el colectivo de los trabajadores de base para el logro de sus intereses particulares, parece ser que nada de eso ha cambiado; pues en la  actualidad en algunas actuaciones públicas de sus dirigentes, hoy se sesga el pensamiento y el actuar colectivo de la clase trabajadora y se le reorienta subliminalmente con o sin intención hacia un dogma religioso o adoctrinamiento político partidista. Abusando de la creencia y confianza colectiva la clase  trabajadora  en sus dirigentes.

Repensar el liderazgo sindical es cambiar totalmente de actitud, es eliminar ese anacronismo mental con el que fuimos influenciados por la politiquería tradicional (obtener riqueza abusando de la creencia colectiva para concentrarla  y ejercer  poder absoluto para lucro  personal o de grupo), es  aceptar la existencia del otro como poseedor y dueño absoluto de derechos fundamentales para participar en la construcción y ejercicio de la democracia sindical, sin cambiarle  este concepto, es decir sin mirarlo únicamente desde la perspectiva productora para depredarlo en todos los órdenes, sino como sujeto actuante, es permitir la construcción de un nuevo sindicalismo con nuevos actores y no con los mismos que en contubernio con la clase politiquera tradicional  mucho daño han hecho a la clase trabajadora en todos sus derechos laborales que se circunscriben en la constitución y los códigos como letra muerta. Es hacer política sindical sin revolverse con la politiquería tradicional o partidista.

Parece ser que los fundamentos ideológicos del sindicalismo, han sido repensados por Pseudo- dirigentes, satisfaciendo la gula de empresarios públicos y privados y condenando a la clase trabajadora a una incertidumbre fatal para saciar sus aspiraciones y manipular la creencia colectiva.

Los sindicatos deben estar  al servicio de sus trabajadores asociados y no confundirlos como simples instrumentos económicos y potencial electorero, haciendo de las reivindicaciones laborales una particular y vil utopía.