domingo, 1 de marzo de 2009

DESDE MI OPTICA   

Los megacolegios no son nada nuevo, y si no recordemos los INEM en extinción; educación técnica de la década del setenta donde se educaba la clase popular o vulnerable, convirtiéndose al final del ciclo académico en  mano de obra calificada, para una gran demanda en el mercado, pero mal paga; claro está, no hay que olvidar que era educación pública, no quiere decir esto que era paga por el gobierno sino por toda la población, ya que el gobierno es quien administra los recursos de todos para revertirlos en asistencia social, como es el caso de la educación.
 
El problema de los megacolegios hoy, es que tienden a cumplir con los propósitos de un estado neoliberal o mercantilista, direccionado por la banca mundial, el FMI y los intereses de la clase plutocrática de este país en aras de concentrar el poder en todas sus dimensiones, convirtiendo a la población en miserable y sacando a flote una pobreza emergente conformada por quienes se creen pequeño burgueses. No puede descartarse que esta actitud esclavista de oligarcas en el poder es abonada por pseudodirigentes disfrazados de sindicalistas que impregnados de corrupción que se premia con la impunidad judicial.
 
Directivos y funcionarios de la administración acordaban que había que jalarle a los famosos convenios de desempeño porque esos si dejan buena plata, de paso privatizan y con sus perversas consecuencias para los docentes que se arbitrariamente se les libera a año tras año y de esta manera abrirle paso a la privatización.
 
Este fenómeno de privatización con los megacolegios, si no se lucha desde FECODE y desde sus filiales, será el fin de la educación pública y por ende de quienes estamos educando a millones de niños y jóvenes de este país.
 
En el 2003 el congreso de la república en una de sus comisiones después de sesionar por varios días concluyó que la educación pública es ineficiente y de mala calidad y por tanto hay que darle la oportunidad a la empresa privada para que la administre. (Igual que la salud al exterminar los hospitales- y el seguro social, la banca, TELECOM, las empresas de servicios públicos, etc.), esto es lo que se llama reducción del estado social, para imponer un estado gendarme o de seguridad democrática, un estado neoliberal en donde solo habrá empleo para las fuerzas de seguridad del estado o seguridad democrática, donde los jóvenes policías y militares se  enfrentarán con sus progenitores en las marchas y protestas que se avecinan por la reivindicación de los derechos fundamentales y de asistencia social.
Los nepotistas oligarcas intentarán hacer empresa con la riqueza pública y de no salirle las cosas fáciles, intentarán por cualquier medio una dictadura o golpe de estado como el que impuso el FRENTE NACIONAL. 
Ramón Velaides Jaimes.