La educación no es un arte, es una actividad humana de las más exigentes, donde se produce uno de los máximos valores que diferencian al ser humano en oposición al los seres que no pudieron evolucionar y trascender más.
La educación conduce al maestro hacia la incertidumbre y temores, para la búsqueda de encontrar la salida de los diferentes laberintos que encuentra en su díia a día; a quien no le produce nada de esto no puede desempeñarse en tan noble labor, porque la verdad y el comportamiento humano de los alumnos no tiene respuesta única, ni solución mágica.
Es necesario impulsar una cadena de valores imprescindibles especialmente en los niños para evitar y solucionar diversos conflictos que conlleven a un desarrollo armónico y lograr que se adquieran virtudes para la vida futura y la de la naturaleza y por ende la humana. Sin obviar que los valores humanos que conducen a la ética y a la moral tienen su fuente en la célula más importante de todas, la familia.
Una familia cimentada en valores, en todas las dimensiones contribuye al desarrollo individual y social de sus hijos y por extensión a fortalecer todos los espacios humanos como: instituciones políticas, instituciones sociales y culturales, instituciones educativas, etc, así mismo constituye un baluarte individual hacia la convivencia pacífica en todos los órdenes tal es el caso de ejemplos como el respeto, la comunicación, la toma de decisiones, el respeto por la opinión contraria y la construcción de sociedad entre otras.
Hijo de humano se comporta como tal; hijo de bestía se comporta como ella, sus dientes y sus uñas brillan no para sonreir sino para herir mortalmente porque actúan instintivamente, elimindo algunas de las máximas caracteríticas que nos diferencian de aquellos como es la razón y el amor.
En la familia se desarrollan valores vitales o principios de vida que perpetúan la existencia humana en convivencia pacífica y armonía con la naturaleza. No hay que olvidar que el perro y su pareja entre otros son seres inferiores y animales que merecen cuidado, pero sin asimilarlos a los humanos en sus relaciones; porque se termina siendo tal y ellos siendo lo mismo.
En la escuela esos valores deben retomarsen y fortalecersen por encima de todo para nuestra propia conservación, entre ellos tenemos: amabilidad, bondad, amistad, amor, respeto al bien común, respeto de la diversidad, honradez, generosidad, perseverancia, obediencia, estudio, entre otros.
A un animal se adiestra por el domador con silla y látigo y al ser humano se educa en el hogar y en la escuela con comunicación y amor. Queda proscrita toda forma de violencia, como dijo Gandhi "ojo por ojo y diente por diente y todos quedaremos ciegos y sin muelas"
Ramón Velaides Jaimes
