Y la princesa desapareció
y todo el pueblo en su búsqueda salió
y lágrimas de pueblo, las calles inundaron
y todo el pueblo en su búsqueda salió
y lágrimas de pueblo, las calles inundaron
y la mitad del pueblo desapareció,
y nadie a su rescate salió
y nadie a su rescate salió
los campos y los ríos de rojo se pintaron
mientras la realeza bailó,
se embriagó, y
feliz amaneció.
se embriagó, y
feliz amaneció.
Ramón Velaides Jaimes
febrero de 2016