sábado, 18 de mayo de 2013

LA LOCOMOTORA DE LA ILEGALIDAD

RAMÓN  VELAIDES  

LA LOCOMOTORA DE LA ILEGALIDAD APLASTÓ LA JUSTICIA
 “La justicia es en realidad la ley del más fuerte. Observa, candoroso Sócrates, que al hombre justo le va peor, en todo lugar y circunstancias, que al hombre injusto. En el ámbito de lo público, el injusto saca buen provecho, y el justo nada. Cuando uno y otro ejercen una magistratura, el hombre justo, si es que no sufre además otros perjuicios, sufre  al menos del obligado abandono en que deja sus asuntos privados, sin aprovecharse en nada de los bienes públicos por ser justo, y además se hace odioso a sus parientes y amigos al no querer favorecerlos en contra de la justicia. Con el hombre injusto ocurre todo lo contrario... obtiene grandes ventajas sobre los demás... De tal modo la injusticia, dice Sócrates, es más fuerte que la justicia”
Estos hedonistas angelitos, provenientes posiblemente del hades (pozo de la suciedad), soportaron casi un año de Francachela, entre propuestas, desacuerdos,  acuerdos y por supuesto lobby; mientras, afuera el constituyente primario asaltado en su buena fe por la idea de una inexistente democracia, se debate entre la vida y la muerte, precipitándose aceleradamente hacia el abismo de la incertidumbre, al sometimiento de la delincuencia legítima e ilegítima, al flagelo de todo tipo de violencia, y por supuesto la estatal. Mientras ellos elucubraban para su propio bienestar en nombre de la inexistente democracia, los gobernados, padecíamos todo tipo de vejámenes contra la asistencia social como: el paseo de la muerte en salud, la tercerización laboral hoy en decadencia por la imposición de una más salvaje como son las Uniones Temporales símbolo de la in-dignificación laboral, la privatización de la educación, el injusto predial, el 4 por mil del salario de los pobres para sostener a los ricos, el incremento acelerado de los servicios públicos por la privatización de las empresas que regalaron después que entre todos construimos, la creación de más y más impuestos del orden nacional, departamental y municipal, es decir la masificación de la miseria a costa de mantener falsos salvadores como: concejales, diputados y por supuesto los mayores depredadores de la sociedad es decir, los honorables congresistas. En síntesis se atenta flagrantemente contra los DERECHOS HUMANOS DE LOS COLOMBIANOS.

El resultado de la mal llamada reforma de la justicia es conocido tanto por la comunidad nacional como por la internacional, ¡Qué vergüenza ajena, sentimos los colombianos honestos, ante las naciones civilizadas!, esperemos que no nos midan con el mismo patrón.

Los buenos jugadores de casino, siempre tienen un haz bajo la manga para ganar y el santo mayor que demostró ser buen maestro, sorprendido… no por la buenas lecciones adquiridas por sus discípulos, sino por la reacción positiva de los indignados, los convocó a sesión extraordinaria para hundir el esperpento “yo respondo y asumo la responsabilidad política y jurídica….El gobierno y el congreso tenemos la obligación de garantizarle al país que sin necesidad de acudir a las vías de hecho podemos solucionar los problemas como el que estamos sufriendo”, dijo el maestro y disciplinó e intimidó a sus alumnos, quienes obedientemente asistieron para archivar el acto nefasto en contra de la generalidad.

Pero el único que asumió la responsabilidad política fue el ministro Esguerra, falta el director de la orquesta y los músicos, pero esa responsabilidad no puede ser únicamente política sino jurídica pues se actuó contrario a la máxima norma y al sentimiento general.
Con desvergüenza, impudencia y obscenidad descarada algunos conciliadores públicamente defendieron su reprochable actitud, como quien dice de victimarios a víctimas, pobres angelitos. Pero lo más grave de este asunto es, que este gobierno y este congreso no tienen la ética ni la moral para seguir gobernando y legislando, es decir están deslegitimizados y pensar que se están  tramitando trascendentales reformas, supongo que todas contrarias al interés general, entre ellas, las de pensiones donde los colombianos podrán disfrutarlas después de varios años de haberle celebrado su entierro; cotice en vida que en vida otros disfrutan lo que para usted es un sueño.
NO AL CONGRESO
Rvelaidesj