SOLIDARIDAD
Indudablemente la sabiduría llega con los años.
Que la esperanza de vida es mayor, es cierto, pero para las nuevas generaciones porque la de las anteriores con excepciones, ya fue calculada, se demuestra con el retiro forzoso a los 65 años.
¿Será que la juventud está ivernando.?
La ley 1821 de 2016 retiro forzoso a los 70 años, debió establecer excepciones. Entre ellas que permitiera cotizar el tiempo faltante a quienes próximos a los 65 años no pudieren pensionarse por no cumplir con las semanas exigidas para tal fin y con un lustro más, puedan lograrlo, me parece justo. Se aplica el principio de solidaridad.
Principio de solidaridad, que se vulnera a las nuevas generaciones, estas, que deberían estar exigiendo su derecho a los empleos públicos, ya que fueron condenados por lo menos durante los próximos 10 años a no acceder a tales.
El gobierno y la élite se anotó un hit con todas las bases llenas versus las organizaciones sindicales y sociales que estaban totalmente dormidas, encantadas o fascinadas, con la ley 1821 de 2016.
Algunas consecuencias de la ley 1821 de 2016:
No pensionar a los actuales empleados públicos en vísperas de causar esta prestación, si desean continuar, será que a quienes cumplieron, no tienen derecho a disfrutar dignamente.
No pensionar a los actuales empleados públicos en vísperas de causar esta prestación, si desean continuar, será que a quienes cumplieron, no tienen derecho a disfrutar dignamente.
En el caso de la educación después de los 65 años
¿Quién cuida a quién?;
Bueno la ciencia y la tecnología están muy desarrolladas y al alcance de los más poseídos. La decrepitud, mental, física, espiritual y orgánica, ya no serán problema.
Las tiendas de bastones, muletas, caminadores tendrán que cerrar porque la enfermedades músculo esqueléticas no harán de las suyas.
El alzheimer no se acordará de molestar.
Las demencias solo evocarán a la película atrapados sin salida. Adiós a los cardiólogos porque los paros cardíacos serán cosa del pasado, de pronto habrá gran cantidad de corazones perdidos para recordar a Heinz Konsalik.
Ya no serán necesarios otólogos, oftalmólogos, otorrinos, en fin todos aquellos profesionales de la salud que se dedican a la otorrinolaringología y las universidades cerrarán estas especializaciones por falta de estudiantes.
Los centros geriátricos, los hospitales mentales fuera.
Los fondos privados de pensiones y EPS, como decía mi abuelita, "harán ochas y panochas".
Habrá gran oferta de centros de estética, de rejuvenecimiento y cambio extremo y ni qué decir de la abundancia de nietos, nueras, yernos, sobrinos y casafortunas que aparecerán para vengar su ocio.
El alzheimer no se acordará de molestar.
Las demencias solo evocarán a la película atrapados sin salida. Adiós a los cardiólogos porque los paros cardíacos serán cosa del pasado, de pronto habrá gran cantidad de corazones perdidos para recordar a Heinz Konsalik.
Ya no serán necesarios otólogos, oftalmólogos, otorrinos, en fin todos aquellos profesionales de la salud que se dedican a la otorrinolaringología y las universidades cerrarán estas especializaciones por falta de estudiantes.
Los centros geriátricos, los hospitales mentales fuera.
Los fondos privados de pensiones y EPS, como decía mi abuelita, "harán ochas y panochas".
Habrá gran oferta de centros de estética, de rejuvenecimiento y cambio extremo y ni qué decir de la abundancia de nietos, nueras, yernos, sobrinos y casafortunas que aparecerán para vengar su ocio.
En conclusión, aunque la realidad sea contraria, con la ley 1821 de 2016 de retiro forzoso, cobran cobran vida las películas de los super-héroes que en nuestra niñez nos ayudaron a desarrollar nuestras fantasías y a soñar como: superman, la mujer maravilla, los cuatro fantásticos y el o la inmortal.
Todos los días se pronunciarán frases como: Me siento como un roble o como si tuviera quince años; vieja la cédula, vieja su abuelita, soy como el vino entre más añejo más bueno, arrugado está el cuero, las canas son experiencia, aunque la voz de quien pronuncia se caracterice por su temblor, su ronquera y lentitud.
Obedecer fiel y sagradamente las directrices de Cristine Lagarde directora del F.M.I. al respecto.
