sábado, 16 de enero de 2016

CULTURA CIUDADANA


CULTURA CIUDADANA

Para poder interpretar la importancia de Cultura Ciudadana y de cómo nuestro comportamiento afecta positiva o negativamente a las instituciones, al desarrollo de nuestro entorno, a los demás y a nosotros mismos; es preciso formarnos una idea de estos términos y después reflexionar sobre nuestro actuar en la sociedad para continuar realizando comportamientos o cambiar nuestras actitudes que nos harán más bárbaros o trascender en un orden humano o consciente que nos permitirá interactuar antropológicamente, en  la búsqueda de nuestro propio reconocimiento, es decir, el reconocimiento del otro.   

El término cultura proviene del latín cultus que a su vez deriva de la voz colere que significa cuidado del campo o del ganado. Etimológicamente el término moderno "cultura" en varias lenguas europeas, está basada en el término latino utilizado por Cicerón en su Tusculanae Disputationes, quien escribió acerca de una cultivación del alma o "cultura anime", para entonces utilizando una metáfora agrícola para describir el desarrollo de un alma filosófica, que fue comprendida teleológicamente como uno de los ideales más altos posibles para el desarrollo humano. Muchos escritores "se refieren a todas las formas en la que los humanos comienzan a superar su barbarismo original y, a través de artificios, se vuelven completamente humanos".

Para Jean Jacques Rousseau la cultura es un fenómeno distintivo de los seres humanos, que los coloca en una posición diferente a la del resto de animales.

De otro lado el término ciudadano es el nombre dado al hombre que por haber nacido o residir en una ciudad es miembro de la comunidad organizada que le reconoce la cualidad para ser titular de los derechos y deberes, propios de la ciudadanía, quedando obligado, como ciudadano, a hacer que se cumplan.

La ciudadanía es la expresión de pertenencia que una persona tiene hacia una sociedad determinada en la que participan. En la tradición occidental “el ciudadano es un conjunto de atributos legales y a la vez un miembro de la comunidad política” Ser ciudadano es tener desarrollado el sentido de identidad y pertenencia en el lugar donde se interactúa socialmente, en el hábitat donde se desenvuelven los individuos con responsabilidad, derechos y obligaciones. Es decir, es  «una persona que co- existe en una sociedad».

Sin apartarnos de las consideraciones anteriores, todos, desde la primera autoridad hasta la o el más humilde de las ciudadanas y ciudadanos estamos de una u otra forma obligados a trascender humanamente, es decir, a cultivar una cultura ciudadana para no incurrir en la autodestrucción como enfermos de toxoplasmosis, eliminando de nuestro cerebro comportamientos bárbaros e ignaros. Por tal corresponde practicar las expresiones “no hagas a otro, lo que no quieras que te hagan a ti” y “para encontrar mis derechos no necesito ir muy lejos, cumplo con mis deberes”. Fundamentos descritos en las normas como base para la protección del derecho a la vida y la integridad personal, la convivencia y el desarrollo humano.

Para no ir tan lejos a manera de ejemplo es bueno reflexionar la inobservancia de las normas de tránsito:
1 Por las autoridades en su omisión en el mantenimiento de semáforos y no ver cuando motorizados circulan por vías peatonales como en la avenida cero.
2. Por los conductores al pasarse intencionalmente en rojo y estacionarse en los cruces de las calles y avenidas.
3 Por los peatones que como cabras desbocadas no saben ni de cebras ni de colores.
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