¿QUE PASA CON LOS REPRESENTANTES DEL POLO EN CÚCUTA?
Quiero empezar diciendo que
los partidos políticos verdaderos, son eso, verdaderos partidos políticos, con
orientaciones filosóficas bien definidas, pero, más que eso bien estructuradas,
desde los principios éticos y morales hasta el comportamiento de sus
militantes, tanto individual como social, con una dirección y principios bien
definidos, es decir con su carta de navegación. Más que eso, con una verdadera
representación jurídica.
Aunque no soy militante de esa
representación amarilla denominada POLO y aunque todavía admiro como una
alternativa política en este país a nivel nacional, independientemente de las
arremetidas de varios de quienes se llaman líderes, que viciados de las malas
costumbres de la politiquería tradicional, aclaro que politiquería y política
para mí son totalmente antagónicas, no en la filosofía humanista de la segunda,
sino en lo depredadora de la primera. Esos malos hijos como lo llamarían las
buenas madres, a mi parecer han cometido un sin número de atentados contra esta
alternativa que en algún momento se erigía como una verdadera oposición no del
gobierno sino en contra de las medidas anti populares y deshumanizantes de la
economía de mercado o neoliberalismo que este implanta.
Qué tal todo ese montón de dirigentes
que en su afán quien sabe de qué, rompieron su código, filosofía y principios y
salieron desparpajados como piratas de antaño en busca del botín. Increíble que
en lo que respecta a esta sección del país Norte de Santander, no sé en el
resto, no crean en sus representantes a la alcaldía y a la gobernación; se
perdió la identidad, desaparecieron el partido. Al fin de cuentas, como decía
un amigo mío, qué podemos esperar si son saraviados o como decía otro, son como
veletas. Al fin de cuentas como dice el adagio “El que más saliva tiene, más
harina come”. Claro está, que saldrán con el cuento que son acuerdos programáticos con quienes ellos creen son los
triunfadores, porque en los candidatos de su movimiento ni ellos mismos creen;
entonces qué pueden esperar de sus militantes. También argumentarán que solo
ellos pueden negociar con Dios y con el diablo y se les verá lo más de bien,
pero sus militantes deben ser muy disciplinados, alienados y obedientes.
Me hace recordar al congresista que encontraron
debajo del escritorio, le preguntaron que si estaba buscando la conmiseración
para con sus electores y contestó que estaba buscando la vergüenza.
Pero, lo más desconsiderado
para con sus obedientes militantes es que desaparezcan de tajo a sus valiosos
candidatos a la alcaldía y a la gobernación y desde la capital en el programa
Encuentro, bajo el argumento de acuerdo programático inviten a que elijan a los
tradicionalistas, que tanta incertidumbre y zozobra han sembrado en la
población. Razón tenía don Juan el
gamonal, cuando decía que se le arrimaba al árbol que más sombra da. Al fin de
cuentas como lo expreso el maestro Gaviria, hay que hacer una purga, aunque
creo que no es necesario.
Rvelaidesj