sábado, 16 de enero de 2016

EL PARQUE SANTANDER ES MÍO


EL PARQUE SANTANDER ES MIO

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Esta frase parece ser el comodín de moda de las administraciones de turno, de nuestra hospitalaria y encantadora Cúcuta, ciudad para todos y de nadie; ni a propios, ni a extraños, fuera de sus voraces apetitos, pareciera interesarles el desarrollo de la otrora “Perla del Norte”, con alguna excepción muy cercana. Prácticamente nuestra ciudad se ha convertido en orfanato para individuos leales y desleales o parias, estos últimos que deben ser rechazados por todos porque atentan contra el buen nombre y civilidad cucuteños, ya que en sus cerebros solo existen espacios para acuñar aforismos como: “El que quiera hacer lo que se le da la gana, que se vaya para Cúcuta”, inaceptable y detestable desde cualquier dimensión.

Pero, no quiero perder de vista la frase del título, posiblemente el parque está embrujado, encantado o en su   interior guarda la leyenda del dorado, que no le permite a quienes se legitiman para administrar la ciudad ver más allá, como dicen algunas señoras “no ven más allá de las narices”. Y posiblemente con la complacencia de los 19 profetas que omiten la promoción del desarrollo del municipio dentro de diversas áreas (educación, cultura, sanidad, transportes, economía, parques, hacienda, obras públicas, urbanismo, etc.), y desempeñan la función fiscalizadora; olvidan que la ciudad se extiende más allá de sus limitados intereses; olvidan que los recursos son públicos o de todos; olvidan que destruir lo bueno o lo apto para volverlo a construir,  desapareciendo  verdaderas necesidades que nos afectan a todos, es dilapidar los recursos que les encomendamos, es eliminar de tajo el principio constitucional de la prevalencia del interés general sobre el particular; igual que derogar sin tener competencia para tal, el fin constitucional: “facilitar la participación de todos en las decisiones que los afectan y en la vida económica, política, política, administrativa y cultural de la nación”. Es decir, es hacer lo que se le da la gana.

Parece ser que los responsables del desarrollo de la ciudad, sufren de alzheimer y se regeneran en cada jornada o empresa electorera; porque ya olvidaron entre otras muchas necesidades públicas:  la batea de los puercos o parque Babaría o apología a: la decidía, la indigencia, la inseguridad ciudadana, la contaminación y salud pública; la malla vial de la ciudad, prácticamente convertida en una ciudad bombardeada; las zonas de alto riesgo, hoy sufriendo las consecuencias por las lluvias; la inseguridad ciudadana; el abuso en las tarifas de taxistas; la crisis hospitalaria; la mala prestación de los servicios públicos; la deficiencia de los semáforos trampa mortal para peatones y conductores; etc.; y como si fuera poco el desplazamiento momentáneo de las y los trabajadores del parque Santander; como se puede ver, solo existe el Parque Santander.

Afortunadamente para la próxima administración, hay un cucuteño comprometido con mínimo veinte mil familias que no van a quedar en el aire  y refrenden hacia el futuro la creencia de lo nuestro, de lo hecho en Cúcuta y el espíritu orfanato de ciudad no decline, sin olvidar que lo de Cúcuta es de Cúcuta. Y lástima que el Honorable Concejo no haya sufrido una renovación total.
Y como dijo el ciego: “amanecerá y veremos”, y esperemos que encuentren la guaca en el Parque Santander para que tanto al señor alcalde entrante como a los nuevos ediles no se contagien de la ceguera de sus antecesores y al termino de su administración no les dé por caer hincados ante el embrujo o encanto del PARQUE SANTANDER. Amén. 

EL QUE QUIERA VENIR A CUCUTA A HACER LO QUE SE LE DA LA GANA, HAGALO EN SU CIUDAD ANTES DE VENIRSE PARA CUCUTA. 

 Rvelaidesj